Fuente: informador.mx

Cuando dos virtuosos se juntan dentro de la cancha suelen suceder buenas cosas. En esta ocasión, la sociedad entre Isaac Brizuela y Rodolfo Pizarro derivó en el gol que puso a Chivas a sólo 90 minutos de una nueva final de Concachampions. Fueron más de 20 minutos de un Guadalajara impreciso en sus embates y de un Red Bulls ordenado en su último sector; Los neoyorquinos no daban tregua en defensa, pero en su afán de también ir al frente descuidaron su mayor fortaleza. Ahí fue que Chivas les hizo daño.

En una salida defectuosa por parte de la zaga visitante, Pizarro les robó el esférico casi en medio campo y condujo hasta los linderos del área, lugar donde cedió la pelota para que el “Cone” definiera ante la presión de dos zagueros y la salida del arquero Luis Robles. En menos de media hora ya lo ganaba el Guadalajara.

Se esfumó el primer tiempo, llegó la complementaria y los roces aumentaron entre ambos bandos. Kemar Lawrence fue uno de los más recurrentes: el jamaiquino disputó con ímpetu cada balón, quizá con demasiada fuerza y por ello Jair Pereira buscó encararlo después de que Carlos Cisneros saliera maltrecho.

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