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Crónica: Protesta Alfredo del Mazo como candidato del PRI a la gubernatura del EDOMEX

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Fuente: asisucede.com.mx

El nombre del presidente Enrique Peña Nieto aún flotaba en el ambiente cuando la grada destinada a los priistas de la CTM seguía congelada. Los priistas de base se habían quedado pegados a su asiento, sin mover ni un músculo ni una bandera ante el nombre del “primer priista” salido a la boca del candidato a gobernador, Alfredo del Mazo Maza, como antes de voz del dirigente nacional del PRI, Enrique Ochoa. El nivel rechazo que pesa sobre el presidente de la república se asomó a la toma de protesta del candidato del tricolor a la gubernatura al medio día del domingo.
Lo hizo tres veces, aunque opacado por los gritos del priismo de élite, que se dio cita en la Plaza de la Unidad del Comité Directivo Estatal del tricolor. Sí, diputados, presidentes municipales, senadores, gobernadores y secretarios de Estado, se encargaron de corear el nombre del presidente Peña, de loar el del gobernador Eruviel Ávila cuando candidato y dirigente nacional, los llevaron a su discurso. Pero allá arriba, de la tribuna oriente donde estaban los sindicalistas de la Confederación de Trabajadores de México había hielo.
Inmóviles la banderas. Congelada la ola que le había dado la vuelta a la tribuna. Secas las bocas exclamaban porras al priismo mexiquense. El nombre del presidente ya no causa el mismo furor en la militancia priista. En el regazo se quedaron las manos que aplaudieron a rebato la llegada del candidato.
Alfredo del Mazo Maza atravesó la explanada de la unidad en un trayecto que le tomó 42 minutos entre abrazos, jalones, apretones de manos y selfies, muchas selfies. Porque antes era suficiente el saludo o el abrazo: “santo que no es visto no es adorado”, reza una máxima que los priistas llevan profunda en su ADN, pero ahora es indispensable la selfie, la fotografía que se pueda presunir en las redes sociales, el testimonio que confirme que vivimos en la era de la pos-verdad.
Un minuto le bastó a Alfredo del Mazo para ser candidato con la fórmula acostumbrada.

Y después, Enrique Ochoa esbozó los argumentos priistas contra sus principales adversarias. A Delfina Gómez y Morena, pero principalmente a Andrés Manuel López Obrador, les dijo que gobernar el estado de México: no es un juego a control remoto o un teatro guiñol, “no es un pasatiempo para improvisados o para marionetas controladas por mesiánicas aves de rapiña”. En el PRI “no postulamos a los que se dicen mexiquenses y ni en su colonia han sido vistos”, dijo en referencia a Josefina Vázquez Mota.
Marionetas y mexiquenses de temporada, describió.
Del candidato Del Mazo fue suficiente señalar su trayectoria política, y asegurar que se trata de “la persona más calificada, la persona más honesta, la persona que más conoce el estado de México”. Y lo seguirá recorriendo, sentenció Ochoa.
En el diálogo discurso, Del Mazo asintió: Sí, le dijo a las militantes y élites tricolores: “Seré el candidato que más camine, que más escuche, que más puertas toque y que más propuestas tenga durante toda la campaña, pensando en las futuras generaciones”.
El candidato del PRI a la gubernatura mexiquense ofrecó “capacidad y experiencia”, contra la opción de revanchismo político que le atribuyó a sus adversarios.
En medio de la algarabía de15 mil mujeres y varones vestidos de blanco y rojo, de puños en alto y tambores de batucada ecatepense, el michoacano Ochoa Reza hizo un listado de sus activos: el presidente de la república, el gobernador del estado, “la mejor militancia”, una alianza con partidos afines a la ideología política de la Revolución.
“Una plataforma electoral que para fortalecer el futuro”, dijo a los tricolores, incluyendo a los cetemistas que le veían, impávidos, el costado izquierdo, y que al igual que hicieron Del Mazo se quedaron de una pieza al escuchar el nombre del presidente. Ni un músculo ni un amago de ovación en la tribuna detrás de los gobernadores de Jalisco, Campeche, Chiapas, Colima, Hidalgo, Guerrero, Sonora, Oaxaca y Yucatán. De frente a los exgobernadores mexiquenses, Alfredo Del Mazo González, Alfredo Baranda García, Emilio Chuayffet Chemor, César Camacho Quiroz y Arturo Montiel Rojas.

“Es el nuevo PRI”, bromeó un dirigente tricolor a la salida. ¿Uno que ve en el “primer priista del país” un pasivo?
Tal vez por eso Alfredo Del Mazo dijo que entiende y acepte “el reto de dar este primer paso hacia un cambio en la forma de gobernar”. Sí, un cambio desde el PRI.

 

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